¿Qué es la autoestima?
La autoestima es el conjunto de percepciones, imágenes, pensamientos, juicios y afectos sobre nosotros mismos. Es lo que yo pienso y siento sobre mí. La satisfacción de cada uno respecto de sí mismo. Nuestro equilibrio emocional depende, en gran medida, de nuestra autoestima.
La autoestima se caracteriza por no ser innata, desarrollarse a lo largo de la vida, estar influenciada por el entorno y por ser susceptible de ser modificada.
Ésta se encuentra formada por tres componentes:
1. Cognitivo: La descripción que tiene cada uno de sí mismo en las diferentes dimensiones de su vida. Incluye la opinión que se tiene de la propia personalidad y conducta, así como las ideas, creencias, etc. sobre sí mismo. ( “Lo que pienso”).
2. Afectivo: Es el resultado de la valoración que realizamos de la percepción de nosotros mismos. Supone un juicio de valor sobre nuestras cualidades personales, la respuesta afectiva ante la percepción de uno mismo.( “Lo que siento”).
3. Conductual: Es el proceso final de la valoración anterior, que se plasma en la decisión e intención de actuar. Lógicamente, nuestras acciones vendrán muy determinadas por la opinión que tengamos de nosotros mismos.( “Lo que hago”)
Las 5 áreas de la autoestima
El autoconcepto o autoestima, se divide en 5 dimensiones o áreas:
Autoconcepto laboral: Abarca la concepción de uno mismo como trabajador, formado a partir de todas sus experiencias, éxitos, fracasos, etc.
Autoconcepto social: incluye sentimientos de uno mismo en cuanto a la amistad, y es consecuencia de las relaciones sociales, de su habilidad para solucionar problemas y de la adaptación y aceptación social.
Autoconcepto personal y emocional: el equilibrio emocional, la aceptación de sí mismo y la seguridad y confianza en sus posibilidades.
Autoconcepto familiar: sentimientos como miembro de la familia.
Autoconcepto global: es la valoración general de uno mismo y se basa en la evaluación de todas las áreas.
La autoestima es una de las variables psicológicas más importantes para la salud emocional, el bienestar y es clave en nuestra relación positiva con el entorno. Pero, por desgracia, no todo el mundo posee una autoestima alta.
Los estudios aseguran que este aspecto tan importante de la personalidad no es algo estático, sino que puede variar a lo largo de la vida de una persona, y según afirma la psicóloga Silvia Congost, autora de del libro “Autoestima Automática”, su desarrollo depende aproximadamente en un 30% de factores genéticos, y el resto, es decir un 70%, depende del entorno y de las experiencias que nos ha tocado vivir.
¿Qué es la autoestima baja?
La autoestima baja es un problema real al que se enfrentan muchas personas, tanto niños, adolescentes, como adultos; porque puede afectar negativamente a las distintas áreas de su vida. La autoestima baja causa sufrimiento e impide lograr muchas de nuestras metas o deseos. Las pautas negativas de pensamiento asociadas a la baja autoestima (por ejemplo, pensar que todo lo que haces te va a ir mal) pueden provocar problemas de salud mental, tales como depresión o ansiedad.
Los pensamientos que uno tiene sobre sí mismo parecen realidades absolutas, pero no dejan de ser solamente opiniones. Se basan en las experiencias que se han tenido en la vida, y los mensajes que estas experiencias han aportado para que se pueda formar una imagen de quién se es. Si las experiencias han sido malas, es probable que la valoración sobre uno mismo sea negativa. Las experiencias cruciales que ayudan a forjar estas creencias negativas o positivas sobre nosotros mismos es muy posible (aunque no siempre) que ocurran en edades tempranas.
Lo que has visto, sentido y lo que has experimentado durante la infancia y la adolescencia, en tu familia, la escuela o la comunidad en general tienen un efecto determinante a la hora de valorarte a ti mismo en el futuro.
La autoestima baja es paralizante, y hace que sea difícil probar cosas nuevas o llevar a cabo las distintas tareas del día a día. Esto impide vivir la vida que uno quiere, y lleva a la frustración y al malestar al cabo del tiempo.
Quien se encuentra en esta situación, solamente si realiza un duro trabajo de autorreflexión y reconoce su nivel de autoestima podrá mejorarla y, por tanto, incrementar su bienestar. En algunos casos, la persona no puede lograrlo por sí sola, así que será necesario acudir a un psicólogo especialista. Aún y así, es la persona que quiere cambiar quien ha de esforzarse para lograrlo, puesto que el psicólogo sólo facilita las herramientas para el cambio.
Para ver otros artículos consulta nuestro blog y asi descubrirás artículos como:¿Cómo influye el sistema estomatognático en la comunicación?
Referencias:
– Psicológicamente hablando: un recorrido por las maravillas de la mente; Ediciones Paidós.
– COCEMFECYL, 2014
– ¿Autoestima baja?: Cuando te conviertes en tu peor enemigo. Jonathan García- Allen
– El poder de la autoestima: Cómo potenciar este importante recurso psicológico. Nathaniel Branden,
– Nada es tan terrible: La filosofía de los más fuertes y felices. Rafael Eugen Santand
– El libro de las pequeñas revoluciones. Elsa Punset, 2016, Ediciones Destino.