Mi hijo tiene 2 años y no habla, ¿cuándo debo preocuparme?
En un desarrollo normal ya deberían empezar a formar frases de dos palabras, no hacerlo marca «un inicio tardío del lenguaje» que necesita de intervención profesional como la que ofrecemos desde el centro de logopedia Antonio Clemente.
Uno de los principales momentos más esperados por la familia en los primeros años de desarrollo de sus hijos es cuando empiezan a andar y cuando comienzan a hablar. Es por ello que cuando pasa cierto tiempo y alguna de las dos no se da dentro de los años que se presuponen ‘normales’, empiezan las preocupaciones.
Antonio Clemente en su entrevista explica que en el caso del habla, los 2 años suelen ser la línea marcada. «Una cosa es hablar y otra, comunicarse; el niño empieza a comunicarse desde el momento que nace. Primero tiene un lenguaje expresivo emocional, que es cuando aparecen las sonrisas, los lloros… Sobre los 6 meses comienzan los esbozos de sonidos con bastante parecido al habla, y antes de los 2 años empiezan a formar frases de dos palabras. Pero el punto importante, el que marca la diferencia o previene de que las cosas no van bien lo ponemos en los dos años»,
Y si llegados a esa edad el pequeño no habla, ¿hay que preocuparse? «En ese caso nos está marcando un inicio tardío del lenguaje, lo cual es una situación de alarma que significa que a ese niño le tenemos que observar. No quiere decir que haya que intervenir, pero sí que hay que acudir al especialista para que haga un primer análisis de la situación y asesore a las familias dándole unas pautas para estimular el desarrollo del lenguaje», puntualiza Clemente, experto en logopedia infantil.
¿Qué hacer cuando el habla se retrasa?
Lo primero hay que descartar opciones, asegurarse de que el niño oye bien o de que no tiene problemas de desarrollo, observando si cuando se producen sonidos el pequeño reacciona, o hablando con las familias para buscar posibles antecedentes de trastornos del desarrollo porque, normalmente, quienes tienen esas dificultades son hijos de padres que han pasado por ello.
«Una de las cosas que dicen muchos padres es eso de ‘hablar, no habla, pero lo comprende todo’. Que un niño no hable o lo haga mal lo ve todo el mundo, se nota enseguida viéndole jugando en el parque, por ejemplo, cuando le oyes hablar con otros niños de su edad. Lo que no es tan fácil de detectar y valorar es lo que comprende, ahí sí que tiene que intervenir el profesional, que es quien aportará pruebas objetivas para ver los niveles de comprensión. Porque muchas veces confundimos la comprensión que el niño tiene del contexto de las situaciones con la comprensión real del lenguaje», detalla el experto.
Hay veces que ‘simplemente’ se trata de una maduración más lenta. En esos casos es esencial el papel de la familia: «Hay que enseñar cómo estimular el desarrollo del lenguaje para que lo hagan en esos momentos especiales como son antes de ir a la cama, cuando los niños están especialmente receptivos y sensibles; cuando se despiertan, en los momentos de higiene o en las comidas, que es donde hay mucha interacción… Lo adecuado es hacer esa estimulación en estos contextos naturales», anima Clemente. Es por ello que «a las familias hay que convertirlas en aliadas necesarias para la reeducación».
¿Cuando acudir al logopeda?
Cuando queremos enseñar habla y lenguaje a un niño tenemos que considerar el aspecto fonético, es decir, los sonidos del lenguaje, porque puede que no sea capaz de articularlos todos. Por otra parte, está el aspecto fonológico, que es la capacidad de discriminar, aislar y diferenciar los sonidos que componen las palabras, porque cuando no hay una buena discriminación es cuando se producen las confusiones fonéticas y los niños hablan mal; no tanto porque no articulen determinados sonidos, que también puede suceder, sino porque los articula en unas palabras sí, en otras no, en otras las omiten o las sustituyen por otros.
Así, por una parte está el aspecto fonético, los sonidos; y el fonológico, la discriminación de los sonidos; y por otro, el vocabulario. «Un niño de 2 años ya tiene un vocabulario de 50 palabras entre cosas de comer, familiares, juguetes… y comprende unas 200.
¿Cómo pueden aprender y desarrollar el habla?
El mejor consejo es sin duda leerles cuentos desde muy temprana edad. Y no sólo eso sino que otro aspecto muy necesario es realizar con ellos asociaciones léxicas, es decir, relaciones semánticas de unas palabras con otras. «Por ejemplo, si les contamos el cuento de ‘Caperucita’, cuando entra en el bosque, hay que pararse y explicarle qué es un bosque, quién vive en un bosque, qué relación hay entre los habitantes del bosque..», explica Clemente. De esa manera, la próxima vez que el niño escuche la palabra ‘bosque’ va a desarrollar una serie de de pensamientos relacionados con todo lo que sabe del bosque y va a poder entender lo que le estén contando.
Por otra parte, hay que enseñar también la morfosintaxis, la construcción de las frases y la elaboración del discurso; así como la pragmática del lenguaje, es decir, tienen que aprender a escuchar, a respetar los turnos, a tener iniciativas comunicativas… en fin, a utilizar el lenguaje de forma adecuada, que son aspectos que algunos niños no desarrollan o no lo hacen de forma tan natural.
Si te encuentras en esta situación, cuéntanos vuestra situación, consúltanos o visítanos en Bilbao, te asesoraremos sobre cual es le primer paso a dar según la situación de tu hijo/a.