
Claves y desafíos de la comunicación con adolescentes
La adolescencia es una etapa de importantes cambios. La comunicación familiar resulta más compleja, y padres y madres a menudo expresan la dificultad para dialogar con su hijo/a. Por su parte, el/la joven raramente se siente aceptado/da y comprendido/a. Esta es una situación que genera tensión y malestar, y es fuente de conflictos.
A pesar de que se trata de una cuestión de gran interés e importancia, pocos estudios han profundizado en los elementos que facilitan o dificultan la comunicación en el seno de la familia, y en cómo estos repercuten en el bienestar de sus miembros. La investigación desarrollada por Hollmann, Gargantas y Wild en la Bielefeld University (Alemania) profundiza en la cuestión y aporta nuevos datos sobre las actitudes y conductas relacionadas con las interacciones padres/madres-hijos/as.
Un total de 1.125 niños/as y adolescentes (con edades comprendidas entre los 10 y 17 años) y sus familias han participado en la investigación, después de ser seleccionados en 29 escuelas emplazadas en zonas de diferente nivel socio económico y cultural. El proyecto, de tres años de duración, ha seguido la evolución en la calidad de las interacciones comunicativas entre el cuidador principal (normalmente, la madre) y el/la hijo/a, empleando conjuntamente técnicas cuantitativas y cualitativas.
El trabajo realizado revela que las expectativas maternales sobre el futuro de su hijo/a evolucionan y pasan a estar más orientadas a aspectos externos (reconocimiento social, fama, riqueza) que internos (crecimiento personal, autorrealización, relaciones satisfactorias, salud). Esto es así especialmente en el caso de las familias monoparentales con menor nivel socioeconómico y cultural. A su vez, con los años, la satisfacción con el comportamiento del joven disminuye y el estilo comunicativo sobreviene más controlador. De acuerdo con los investigadores, a pesar de que este comportamiento parental respondería a un intento de asegurar un buen futuro para su hijo/a, el efecto parece ser contraproducente.
Concretamente, los resultados muestran que la falta de fluidez y franqueza en la comunicación se asocian con mayores problemas emocionales y de conducta en los niños/as y jóvenes. Esto es así porque, según los mismos autores, los ambientes familiares que tienden a ser más directivos y controladores promueven la contención y la obediencia e inhiben la interacción. Por el contrario, aquellos entornos familiares permeables y receptivos potencian la autonomía y la diferenciación, a la vez que favorecen la vinculación. En este contexto se genera un clima de confianza abierto al diálogo y a la colaboración.
Ponernos en la piel de nuestros hijos e hijas no es fácil. Saber qué piensan y sienten, aquello que los atrae o inquieta, tampoco. En la medida en que sepamos y estemos dispuestos a crear y a compartir un clima cálido, participativo y respetuoso —caracterizado por la aceptación, la valoración y el aprecio (en vez de la rigidez, el control y el juicio)—, más fácil nos resultará acercarnos a ellos/as para comprenderlos mejor y acompañarlos en su crecimiento, tal y como los resultados de esta investigación han mostrado.
En caso de que tengas problemas de comunicación con tu hijo adolescente o que veas que hay algo preocupante en sus actitudes desde Clemente Logopeda trabajamos con un Psicólogo en Bilbao que podrá ayudarte en estos problemas. Tambien en neutro blog encontraras otros artículos interesantes como la entrevista a nuestro logopeda Antonio Clemente.
Artículo de referencia
Hollmann, J., Gorges, J. y Wild, E. (2016). “Motivational Antecedents and Consequences of the Mother–Adolescent Communication”. Journal of Child and Family Studies, 25, 767–780.
Marta Reinoso







